domingo, 20 de julio de 2008

LOS PUEBLOS FUNDADOS EN EL NOA DURANTE EL SIGLO XVIII

Por Marcelo Fraile
INTRODUCCION

Uno de los inconvenientes con los que tuvo que luchar el conquistador español, para extender y fundamentalmente para aprovechar el territorio, fue el aborigen; y más precisamente, las incursiones que estos realizaban sobre los poblados españoles, destruyendo todo lo que encontraban a su paso. La ascensión al trono de Carlos III, en 1759, cambiará esta situación dando un nuevo impulso a la presencia española en América. Si bien las nuevas fundaciones tuvieron muchas características en común con otras actuaciones colonizadoras a lo largo de la historia, es en esta época cuando el "Concepto de Colonización" empieza a adquirir un sentido moderno. De la colonización como conquista y ocupación de un territorio para implantar en el una soberanía, se pasa a una acción donde los objetivos políticos-económicos aplicados sobre el territorio adquieren mayor importancia. El siglo XVIII promovió una política de defender poblando y en el área actual del Noroeste Argentino (Tucumán, Salta, Catamarca, Jujuy y Santiago del Estero) esto se materializó en una serie de fundaciones para detener el avance de las tribus nómades de los territorios llanos.

RESEÑA HISTORICA

El aborigen americano, se presentó como un obstáculo a la expansión y avaricia desmedida del conquistador español. Continuas y diversas incursiones en las ciudades fundadas en el Noroeste Argentino, culminaban con el incendio de las mismas y su posterior abandono. Pronto fue evidente la necesidad de defender la frontera Este de la región generando una línea defensiva, que se materializaría con una serie de fuertes establecidos principalmente en el territorio permanentemente amenazada por los indios del área chaqueña, por lo cual se definiría una sucesión de fundaciones sobre las provincias de Salta y Santiago del Estero fundamentalmente.

Así, se establecieron los Fuertes, instalaciones materiales de carácter militar, como un elemento inicial de dominio, dentro de los territorios habitados por los indígenas. Estos fuertes, al establecerse en un lugar manifestaban su dominio sobre el entorno, y a partir de allí se encargarían de irradiar poblando los territorios circundantes a este. Eran construcciones defensivas que se erigían, para poder proteger la tierra. Poseian una protección exterior generalmente de madera de troncos obtenidos de la zona, clavados en la tierra, pudiendo encontrarse en casos muy particulares, de adobe, o como en San Fernando del Rió del Valle, de piedra. Su forma podía ser circular, cuadrada o irregular. Posteriormente influenciados por los tratados de Vauban, se realizaron algunas experiencias aisladas en forma de estrella, aunque estas no fueron demasiadas.
En su interior se ubicaban una serie de residencias multifuncionales y de uso común que servían como barraca para la tropa, cocina, un depósito para almacenar la pólvora y corrales para los animales. En algunos casos podía encontrarse una habitación que servía de capilla.
Sus paredes se realizaban de adobe crudo o cocido, con un espesor variable entre 4 y 2 varas, con techo de media agua de varazón, cañizo y teja o torta de barro.
A veces se cavaba un foso alrededor de la muralla o una zanja que servía como contención a lo largo de la línea de frontera, pero esto no fue muy frecuente en la colonización del Noroeste rgentino. Por encima de la muralla se establecía una serie de elementos a modo de baluartes donde se ubicaban los hombres a fin de resistir un ataque.
En el interior del fuerte se ubicaba el Mangrullo, torreón circular, que sobrepasaba en altura a la muralla, sostenido por cuatro postes en sus esquinas, con una pequeña inclinación hacia el centro a modo de pirámide truncada, cerrándose en la parte superior y techándose para protección?. Para unir los postes se colocaban travesaños en cruz, unidos con tientos y fibras. El Mangrullo tenía como finalidad servir de puesto de vigilancia para prevenir el ataque de los indígenas.
Amilcar Razori, estudioso del urbanismo argentino, realiza una clasificación de las ciudades menores que fueron surgiendo durante el siglo XVIII, detrás de los Fuertes como elementos de consolidación del Territorio. Estas eran las Reducciones, las Encomiendas, las Ciudades Territoriales, las Capillas, las Tierra de Santos, las Postas y los Pueblos de Indios.
Las Reducciones eran asentamientos con una población exclusiva de aborígenes, a cargo espiritualmente de un sacerdote y manteniendo el gobierno temporal de la tribu un cacique. El principio básico consistía en convertir al indio a la religión cristiana. Los aborígenes, se ubicaban en un territorio, prefiriéndose las tierras que ocupaban anteriormente, congregado dentro de un núcleo urbano, rodeados de un área mayor para su sostenimiento. Su economía era de tipo autónoma, manteniéndose con el fruto de su trabajo.
Las Encomiendas fueron poblados en donde se “encomendaba” a un colonizador, un determinado número de indios dentro de un territorio, con el fin de educarlos en la fe cristiana y, a cambio, el encomendero recibía el trabajo de los aborígenes. Fue un sistema de tipo feudal, en el que muchas veces los españoles explotaron a los indígenas. Este tipo de agrupamiento no generó núcleos urbanos permanentes, salvo cuando la encomienda, coincidía con la finca del encomendadero.
Las ciudades Territoriales fueron el tercer tipo de ciudades de colonización española, que surgieron como entes urbanos con una organización política y jurídicamente clara.
El fundador elegía el sitio rodeado de un? extenso recinto rural, donde se ubicaría la futura ciudad, se definían las calles de ronda, se marcaba la plaza de armas, posteriormente se producía la división de los solares entre los vecinos y comenzaba el poblamiento. A este tipo de poblados pertenece San Ramón Nonato de la Nueva Orán, que con el tiempo pasó a llamarse San Ramón de la Nueva Orán.
El cuarto tipo de poblaciones menos importantes que las anteriores, incluye: capillas, tierra de santos, postas y pueblos de indios.
Las capillas, poblaciones menos importantes que las anteriores, surgían de un oratorio doméstico, de una imagen, de una capilla de particulares o de una iglesia construida? por obra de un particular. Este elemento nodal, producirá la concentración de actividades en torno a ella, y a partir de esto nacerá el futuro poblado.
La Tierra de Santos nacía de la voluntad individual de una persona que, motivada por un fin religioso, construía una capilla. Con el paso del tiempo, en torno a ella se producía un agrupamiento espontáneo de actividades, que definiria el poblado. Posteriormente, el particular transfería el dominio de esta superficie territorial, con destino a la creación urbana.
Las Postas formaban un sistema ubicado a lo largo de los caminos, donde el viajero se detenía a cambiar caballos, conseguir agua, etc.
Los Pueblos de Indios eran organizaciones de aborígenes, que se establecían como núcleos, cerca de los pueblos de españoles, dentro del territorio ya pacificado. Su economía era autónoma, no subsistiendo ninguno de estos poblados.

CONCLUSIONES

Pocos de los asentamientos fundados en este período perduraron como tales, siendo los Fuertes los primeros en desaparecer, probablemente debido a la precariedad de su construcción ya que los mismos se construían con materiales de la zona, siendo su vida útil muy corta. Esta precariedad se justifica, si se tiene en cuenta, lo fluctuante de la línea de frontera, de acuerdo a sí estos avanzaban replegando al indio o viceversa, no justificando una construcción más sólida. Eran por ello muy inestables, abandonándose o trasladando su guarnición cuando este se hacía innecesario. Puede encontrarse aun hoy, en la provincia de Salta, las ruinas del Fuerte de San Fernando del Rió del Valle, con una composicion en forma de estrella y una excepción a la regla, con murallas de piedra, hoy abandonado y sin ningún tipo de jurisprudencia que lo proteja.
También desaparecieron las Reducciones, que luego de la expulsión de los Jesuitas en 1767, dejaron muchos de estos poblados sin dirección espiritual, pasando a manos de otras congregaciones religiosas o en el peor de los casos a manos de encomendaderos que explotaron a los indígenas produciendo la extinción del asentamiento.
Otros poblados sufrieron el abandono al quedar lejos de rutas comerciales, incomunicados, o simplemente por deserción de sus habitantes. Posteriormente con la llegada del ferrocarril en el siglo XIX, aquellas ciudades que no se encontraban próximas a su paso desaparecieron también, en tanto que las otras que si lo estaban fruto de un auge económico modificaron su trazado, incluso algunas como El Carmen, en la provincia de Jujuy, fueron refundadas, con un trazado más moderno.

Lamentablemente, hoy en día, se hace difícil intentar reconstruir esta parte de nuestro pasado, que fue prácticamente borrada, quedando sólo pequeñas piezas casi inconexas de ese enorme rompecabezas que fue el siglo XVIII.

Principales Poblados

Casabindo

Linea de Frontera durante el siglo XVIII
Fuerte Estado inicial. Basado en reconstrucción de G. Viñuale

Fuerte Estado Actual - Autor. G. Viñuale.