domingo, 31 de agosto de 2008

Capital Hill Residence / Zaha Hadid Architects















29 Agosto 2008 --> por Javier Vergara Petrescu

Capital Hill Residence, proyecto de Zaha Hadid Architects, actualmente en construcción, será expuesto en la próxima Bienal de Venecia -desde el 12 de septiembre hasta el 23 de noviembre de 2008- como parte de una muestra de Arquitectos Rusos y extranjeros actualmente desarrollando proyectos en la ex URSS. Aquí una serie de imágenes de la obra, una casa unifamiliar en Barvikha Forest, en las proximidades de Moscú.
Se espera que Capital Hill Residence esté terminada en 2010.

Design Zaha Hadid and Patrik SchumacherArquitecto de proyecto: Helmut Kinzler, Tetsuya Yamazaki [Etapa inicial]Diseñador de proyecto: Daniel FiserEquipo proyecto: Anat Stern, Daniel Santos, Thomas Sonder, Mariana Ibanez, Daniel Fiser, Marco Vanucci, Lourdes Sanchez, Ebru SimsekIngeniería estructural: Ove Arup & Partners.

Aquí la memoria de proyecto de Zaha Hadid Architects
El proyecto está ubicado en la ladera norte de un cerro en Barvikha, Rusia, inmerso en un denso bosque de pinos donde las alturas de los árboles pueden llegar hasta los 20[m].
El programa de la villa está dividida en 2 componentes principales. El primero, consiste en un estrato que nace del nivel de la pendiente, mientras que volumenes separados flotan cerca de 22 metros sobre el nivel de terreno para beneficiarse de la vista panorámica del contexto boscoso de Barvikha.
La forma de la villa proviene de la topografía natural del terreno y del sitio considerado único. Adaptando la geometría fluidamente, descrita por la geología del lugar y las formas orgánicas del bosque y la vegetación, el edificio emerge desde el paisaje, permaneciendo parcialmente conectado a la ladera del cerro, en orden de articular los alrrededores existentes con la geografía artificial que el proyecto conlleva.
Este concepto de articulaciones inter-orgánicas deriva en una espacialidad de capas intrincadas, presentadas a sí mismas como parte de un todo donde cada componente busca referirse a la topografía local.
El concepto general para el diseño de la villa responde a una estrategia de extensión de la topografía exterior hacia el interior del edificio, mientras su definición geométrica deriva del contexto circundante de terrenos escarpados.El programa de la villa está organizado en cuatro niveles verticales. El nivel más bajo está pensado como un lugar de ocio con un living room, salas de masajes y zonas de fitness, así como también incluye sauna y spa. Un nivel más arriba desde el suelo natural, el living room principal, comedor, cocina, zona de entretenimiento, pisicina indoor y exteriores para estacionamientos de autos.
La entrada al lobby, elestudi/librería, la pieza de invitados y de niños se encuentran en el primer piso, mientras que las piezas principales y un lounge con terraza exterior se encuentran en los niveles superiores.
Los dos componentes principales de la casa están articulados por 3 “piernas”. Estas columnas de concreto establecen un fuerte diálogo entre los distintos niveles junto con funcionar como la estructura principal de la casa. Entre estas columnas verticales están los shafts requeridos para ubicar todos los elementos mecánicos y servicios de conexión con el nivel superior.
La circulación vertical de la casa -un ascensor de caja vidriada con escalera-, también se encuentra incorporada en estas columnas, dotando de conexión directa los niveles inferiores y superiores.

Le-Corbusier-petit-maison-





EL ARQUITECTO QUE QUISO ATRAPAR EL CUBO DE LA ARQUITECTURA

Las dimensiones en la Arquitectura en relación con las dimensiones del hombre.
Texto de Escritos sobre Arquitectura de Alberto Campo Baeza

El arquitecto lo vio claro. Quería dominar el espacio y con él la arquitectura. Y pensó que esto sólo sería posible si pudiera controlar la forma y las dimensiones del espacio arquitectónico. Y quiso entender entonces qué y cómo era este espacio.
Y se puso desde fuera frente a la forma cúbica, ante un cubo que era algo mayor que él. El gran plano vertical cuadrado parecía dominarle. Anduvo hasta la esquina y los dos planos verticales, ortogonales, le impresionaron con su fuerza. Pero él quería ser el que los controlara. Imaginó que se alejaba. Sabía que la figura cúbica la formaban seis planos y sólo veía dos. Y aunque sabía que había un plano allá arriba, el techo, que formaba un triedro con los dos planos que se erguían ante él, no tenía modo de dominarlo. Se subió a un árbol enfrente y desde allí pudo por fin ver los tres planos.
Será una mera cuestión de dimensiones, se dijo, y buscó una figura cúbica algo más pequeña que él, en un intento esperanzado de poder llegar a controlar todo el espacio. Comprobó orgulloso que de un solo golpe de vista podía dominar las tres caras que formaban el triedro. Una cara más que al principio. Pero cuando dando vueltas al cubo intentaba atrapar una cuarta cara y llegaba a ella, desaparecía una de las anteriores. Tras múltiples vueltas que llegaron a marearle, dedujo que no conseguiría nunca ver más que las tres caras del cubo de una sola vez. Y no le fue fácil calmarse.
Será un simple asunto de dimensiones, se volvió a decir como la primera vez. Y buscó una figura cúbica todavía más pequeña. La cogió entre sus manos y se dijo a sí mismo que ya la tenía dominada, pues le cabía toda ella dentro de una sola mano. Y continuó su juego. La alzaba, la bajaba, la rotaba, pero por más vueltas que daba a aquella figura, no se dejaba atrapar. Nunca llegó a conseguir ver más de tres caras de una sola vez. Y él sabía que tenía seis.
Y así, delante de las tres figuras cúbicas, la grande, la mediana y la pequeña, se sentó desesperado a reflexionar sobre su impotencia. ¡Jamás sería capaz de controlar el espacio!.
Y pensando pensando, agotado, se quedó dormido. De repente, vio a Alicia a su lado. Ella le cogió de la mano y le llevó junto a la gran figura cúbica y por un pequeño boquete, ella bien lo sabía, entraron los dos a su interior. Allí el arquitecto pudo comprobar que ¡por fin! podía dominar hasta cuatro planos a la vez, y hasta cinco si se ponía con la espalda apoyada en uno de los planos verticales. Y hasta los seis planos si se colocaba en un ángulo, en una situación diagonal.
Súbitamente, la luz que bañaba el recinto interior, a la que no había dado mayor importancia y que no sabía de donde procedía, desapareció y todo quedó a oscuras. Aquella poderosa sensación de dominio del espacio desapareció. Y quedó desconcertado. Alicia sonreía a su lado. Pasado el eclipse la luz volvió. Y con ella las sensaciones volvieron a despertarse y el arquitecto recuperó el dominio del espacio.
Miró hacia arriba para ver de dónde procedía aquella claridad, y se despertó bajo la luz de un potente sol, sin Alicia, que se había quedado en su sueño, y ahora ya en la realidad, ante aquellas figuras cúbicas que tanta guerra le habían dado.
Concluyó el arquitecto, ya despierto, que la Arquitectura, el dominio del espacio, es una sencilla cuestión de medidas, de dimensiones dominables, a poner en relación con las dimensiones del hombre. También concluyó que era una cuestión de luz, sin la que la arquitectura no era nada.

jueves, 28 de agosto de 2008

La naranja, el guisante y la rosa

Del libro EL ARTE COMO OFICIO (Bruno Munari)

¿Puede establecerse un paralelo entre los objetos proyectados por el diseñador y los producidos por la naturaleza? Algunos objetos naturales tienen elementos en común con los objetos proyectados: ¿Qué es la cáscara de una fruta sino el «embalaje» de dicha fruta? Hay varios tipos de embalaje para cada tipo de fruta, desde los cocos a los plátanos. Además, podría razonarse sobre algunos objetos natu­rales en el idioma del diseño y descubrir cosas interesantes.
Naranja
El objeto está formado por una serie de continentes modulados en forma de tajada, dispuestos circularmente en torno a un eje cen­tral vertical, al cual cada elemento apoya su lado rectilíneo mientras que todos los lados curvos, vueltos hacia el exterior producen, en el conjunto, una suerte de esfera. El conjunto de estas tajadas o gajos está envuelto en un emba­laje bien caracterizado, tanto desde el punto de vista de la materia como del color: bastante duro en la superficie externa y revestido con un acolchado mórbido interior, de protección entre el exterior y el conjunto de los continentes. Todo el material es de una misma naturaleza en su origen, pero se diferencia oportunamente en cuanto a la función.
Cada continente, a su vez, está formado por una película plástica, suficiente para contener el jugo pero bastante maniobrable en la descomposición de la forma total. Cada gajo se mantiene unido por un adhesivo muy débil. El embalaje, cual hoy se hace, no ha de de­volverse al fabricante, sino que se puede tirar. Cada gajo tiene exactamente la forma de la disposición de los dientes en la boca humana, por lo cual, una vez extraído del embalaje, puede apoyarse entre los dientes y, con una ligera presión, romperlo y extraer su jugo. Los gajos contienen, además del jugo, pequeñas semillas de la misma planta que engendró el fruto: un pequeño home­naje que la producción ofrece al consumidor en el caso de que éste quisiera tener una producción personal de tales objetos. Obsérvese el desinterés económico de semejante idea, y, por el contrario, la liga­zón psicológica que se forma entre consumo y producción: nadie, o muy pocos, se pondrán a sembrar naranjas, pero el ofrecimiento de esta concesión, altamente altruista, la idea de poderlo hacer, libera al consumidor del complejo de castración y establece una relación de confianza autónoma recíproca. La naranja, por esto, es un objeto casi perfecto en el que se encuentra la absoluta coherencia entre forma, función y consumo. También el color es exacto; azul sería enteramente equivocado.
La única concesión decorativa, .si así puede decirse, es la bús­queda «matérica» de la superficie del embalaje, tratada como «piel de naranja». Acaso para recordar la pulpa interna de los gajos. A veces, un mínimo de decoración, perfectamente justificado, puede ser admitido.
Guisantes
Píldoras alimenticias de diversos tamaños, confeccionados con estuches bivalvos muy elegantes en forma, color, materia, semitrans­parencia, y cuya apertura es notablemente sencilla.
Tanto el mismo producto, como el estuche y el adhesivo derivan todos ellos de un único origen de producción. No hay aquí elabora­ción de materiales diversos, que hayan de ser montados luego en una fase final de acabado, sino una programación del trabajo exacta, ciertamente fruto de un trabajo de equipo.
El objeto es monocromo, pero con sensibles variaciones de tono. Esto le da un aspecto apenas sofisticado, pero que afronta también el gusto de los consumidores más alejados de una: cultura actual. El color es un verde, cierto verde conocido con la denominación po­pular de «verde guisante», color bastante bien calculado desde el inicio de la producción y que no ha sido cambiado hasta hoy. Este color ha determinado influencias cromáticas incluso en la moda y en el equipo, en torno a los años veinte y treinta de este siglo. La forma de las píldoras es bastante normal aunque parezca haber habido preocupación por variar su diámetro; lo que más resalta por su originalidad, ya la vez por la simplicidad de construc­ción, es el estuche. Se compone de dos elementos iguales y simétri­cos (como es usual al proyectar en la actualidad por razones de eco­nomía productiva), cóncavos en la medida necesaria para contener las píldoras de las cuales tienen la impronta, tanto de la forma como del número y situación. Los dos elementos quedan unidos de un modo perfecto (hay que tener en cuenta que están expuestos fre­cuentemente a la lluvia) por un adhesivo que desarrolla doble función; como bisagra blanda del lado más corto y como simple adhesi­vo en el lado más largo. Manteniendo el estuche entre los dedos índice y pulgar y haciendo una ligera presión con ellos, el estuche se abre de arriba abajo dejando ver todas las píldoras bien alineadas por orden de tamaño. Una característica típica de esta producción es la variación en la serie. Problema muy discutido en varios congresos mundiales de proyectistas: cada variación posible aumenta las posibilidades de venta, a condición de que las condiciones del producto sean siempre las mismas. En el caso de la producción de guisantes se halla una excesiva variación: se pueden hallar en el comercio continentes de docenas de píldora, , de diez, ocho, siete, etc. hasta dos ya veces de un solo guisante. excesiva variación, en definitiva, es cierto desperdi­cio. ¿Quién comprará un solo guisante y lo exigirá en su continente? Es obvio. Con todo, desde hace miles de años este producto sigue siendo producido de este modo; el consumidor no hace caso de este detalle. Sea como fuere, es posible que esta excesiva variación sea el resultado de un error en la búsqueda de mercado, hecha ciertamente antes de decidir tan gran producción, y en uso hoy todavía por negli­gencia burocrática.
Rosa
Una concepción racional de la función social del diseño indus­trial no puede sino renegar de la producción, por otro lado muy difun­dida, de objetos en absoluto inútiles para el hombre. Objetos nacidos no se sabe cómo, con fines ligados sólo al más trivial sentido de la decoración, gratuitos e injustificados, si bien, en ciertos casos, formalmente coherentes. Sábese, con todo, que la cohe­rencia formal por sí misma no basta para justificar objetos produci­dos sin un análisis previo de las posibilidades del mercado. Uno de estos objetos es la rosa. Objeto de inmensa producción (verdaderamente caótica y desor­denada, en la cual la economía productiva no se toma en considera­ción para nada), formalmente coherente y agradable en el color, de matices vivos, cálidos todos ellos, con los canales de distribución de la linfa bien calculados y distribuidos con precisión excesiva también en zonas que están ocultas a la vista, pétalos de elegante curvatura (piénsese en un Pininfarina, mientras su cáliz recuerda la línea Veni­ni 1935), la clara disposición alternada de las hojas dentadas con ner­vaduras visibles; no son elementos suficientes para justificar un objeto de uso tan difundido. ¿Cómo puede un consumidor, con intereses aún no diferenciados, apreciar semejante objeto? ¿Y por qué las espinas? ¿Para crear cierto suspense o para crear un contraste entre la suavidad del perfume y la agresividad de esos artilugios? Grosero contraste en absoluto apre­ciado por los consumidores de artículos de precios mínimos. Por ello, es un objeto absolutamente inútil para el hombre. Un objeto que sólo sirve para ser mirado, o, al máximo, para olerlo, parece ser, de otro lado, que hoy la producción ha lanzado al merca­do rosas sin perfume), objeto sin justificación, objeto que invita al trabajador a pensamientos fútiles. Objeto incluso inmoral.

jueves, 21 de agosto de 2008

Centro Cultural del Sur

Comitente: Ministerio de Cultura - C.A.B.A.
Asesoramiento en Restauración del Edificio Historico: Arq. Marcelo Fraile

Un poco de Historia

Los datos más fidedignos del viejo caserón de estilo colonial que se planta en esta esquina, datan de fines del siglo XVIII, fecha en la que funcionó como la Administración del Matadero del Sur, ocupando probablemente el predio de la plaza y adyacencias. En el año 1863, en ese mismo espacio nació el primer criadero de plantas de la Ciudad de Buenos Aires (vivero), inaugurado por el 1er. Intendente de Buenos Aires, Don Torcuato de Alvear, ocupando el sector entre la Av. Caseros, calle Baigorri, Av. Amancio Alcorta y lo que hoy sería la prolongación de la calle San José. El caserón siguió siendo la administración de dicho vivero, hasta que este desapareció y se incorporó a la Plaza España; de ahí la variedad de árboles que esta plaza posee. La antigua construcción se recicló manteniendo el primitivo encanto colonial, con su Patio Central adoquinado, rodeado de los pesebres, donde se guarecían y alimentaban los caballos que se utilizaban para arrastrar las chatas municipales, que se empleaban para transportar las plantas a los distintos lugares de la ciudad.
Por los años 60, la Municipalidad lo dio en concesión, para la instalación de un restaurante, el ya nombrado “MESÓN ESPAÑOL”, reconocido por el ambiente edilicio que se prestaba muy bien al estilo de los viejos mesones españoles. El restaurante funcionó hasta principios de los años 80.
Posteriormente la Secretaría de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, a través de su Dirección General de Promoción Cultural, toma a su cuidado el histórico edificio, conservando su aspecto encantador, las formas de sus patios y sus caballerizas. La intención fue la de generar un espacio para la que comunidad se encuentre con su cultura y participe de la misma, a través de los eventos organizados en el Centro Cultural y de los Talleres Artísticos Gratuitos que ofrece el mismo.
Además a partir de noviembre del año 1999, se anexó un Patio de Tango, que está fuera del primitivo recinto, con una arquitectura más contemporánea, pero manteniendo un estilo casi colonial con arcos de medio punto, rejas estilo andaluz, farolas y tabiques de ladrillos a la vista.
Al aire libre, en temporada estival y tanto en el Patio Central como en el Patio de Tango, se brindan al público espectáculos musicales, teatrales y funciones cinematográficas. Se realizan además, títeres para niños y adultos en el espacio cultural conocido popularmente, como “La Calle de los Títeres”. Toda la actividad está ambientada en esos espacios queridos por quienes lo frecuentan, y que nos hacen retroceder en el tiempo, en medio de un parque frondoso, con árboles centenarios. En temporada invernal o en días de lluvia, donde por cuestiones climáticas no pueden ser utilizados, las funciones se realizan en un galpón, ámbito cerrado, acondicionado como Auditorio.

martes, 19 de agosto de 2008

EDIFICIO LAVALLE Y RODRIGUEZ PEÑA

Proyecto: Restauración de Fachada
Comitente: Consorcio Edificio Lavalle
AAsesor en Restauración: Arq. Marcelo Fraile




TEATRO 25 DE MAYO

Proyecto: Restauración del Edificio y Puesta en Valor
Comitente: Ministerio de Cultura - C.A.B.A
Asesor en Restauración: Arq. Bettina Kropf / Arq. Marcelo Fraile







TEATRO GENERAL SAN MARTIN

Proyecto: Restauración de Hall - Nucleo Circulatorio Vertical - Fachada de Ladrillo
Comitente: Ministerio de Cultura - C.A.B.A
Asesor en Restauración: Arq. Marcelo Fraile




TEATRO DE LA RIBERA

Proyecto: Restauración de Fachada y Puesta en Valor

Comitente: Ministerio de Cultura - C.A.B.A

Asesor en Restauración / Coordinación Proyecto: Arq. Marcelo Fraile





CENTRO CULTURAL RECOLETA

Proyecto: Reemplazo de Carpinteria en Nucleo Circulatorio Vertical
Comitente: Ministerio de Cultura - C.A.B.A
Asesor de Proyecto: Arq. Marcelo Fraile



Edificio de la Prensa

Proyecto: Ampliación - Restauración - Actualización Tecnologica y Puesta en Valor
Comitente: Ministerio de Cultura - C.A.B.A
Asesor en Restauración: Arq. Marcelo Fraile - Colaboración: Arq. Noelia Antonetti